Animales victorianos de dos patas
Terminaba el último artículo de este anárquico cuaderno preguntándome si el humor y la inteligencia no eran más o menos lo mismo. Ya que ninguno de los lectores ha recogido el guante y dado que mi última lectura me reafirma en lo dicho, lo recojo yo mismo.
El libro se titula Animales y más que animales y lo firma Saki, que es el pseudónimo (unos dicen que influencia de Omar Khayyam, otros que préstamo de ciertos monos sudamericanos) de Hector Hugh Munro. Es una colección de cuentos en la que se entremezclan asuntos de humanos y animales, teniendo los primeros bastante de los segundos.
Los cuentos obedecen casi siempre a un mismo esquema, y a pesar de eso, o precisamente por ello, son divertidísimos. Se plantea un problema cuya única solución pasa por la ironía; ironía que acorta el camino entre la indiferencia y el sadismo, lo que hace que la crueldad de Saki sea tan divertida. (La marca del humor cruel remite ineludiblemente a Cervantes; es curioso que a sus herederos directos haya que ir a buscarlos casi siempre a Inglaterra).
Hector Hugh Munro nació en 1870 en Birmania. Borges lo colocaba junto a Kipling y Thackeray en la terna de grandes escritores ingleses nacidos en las colonias. La temprana muerte de su madre propició que fuera enviado a Inglaterra, donde pasó su infancia en la nada divertida compañía de sus tías, dos solteronas victorianas que se odiaban entre sí y que seguramente jamás intuyeron cuánta materia prima estaban proporcionando al afilado y malévolo ingenio de su sobrino.
Y así Saki se convirtió en azote de las sociedades puritanas (es decir, todas). La mejor forma que encontró para evadirse de un entorno tan aburrido fue la invención de sus fantasías ácidas y socarronas. Murió en Francia durante la Primera Guerra Mundial, abatido por el disparo de un francotirador alemán. Según cuentan, sus últimas palabras fueron “¡Apagad ese maldito cigarrillo!”.
(La imagen es English country garden, pintura de Jane Kay. Tal vez entre alguno de esos arbustos podamos encontrar a las tías de Saki con una tijeras de podar. Cuidado.)
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